viernes, 21 de junio de 2013

ACOSTARSE TEMPRANO Por Liliana Colavita

Habían ido al baile en el sulky. Eran unas pocas leguas y vestidos con las pilchas domingueras no quisieron ir cada uno en su caballo. Impresionaban. Eran dos hermanos buenos mozos, y bailarines. Unas cuantas chicas y también unas cuantas madres del barrio les habían echado el ojo. Trabajadores, buena familia, buenos partidos. Ellos lo sabían y se floreaban en esos bailes eligiendo compañera con galantería.
A veces los bailes no salían como se planeaba. Cierta vez que festejaban un casamiento, como había llovido, no pudo llegar la orquesta. Un vecino comedido se ofreció a tocar la verdulera para animar la fiesta, sabía una sola pieza: ¡Bailaron toda la noche La cucaracha!
Esa noche ataron el sulky al palenque y entraron haciendo pinta al baile. Al rato salieron los dos a bailar. A la pasada, en una vuelta, uno le dijo despacio al otro “tas empollando en nido ajeno”.
Y era cierto, la chica estaba medio comprometida con otro vecino que iba juntando bronca y caña.
No obstante, el baile transcurrió sin ningún problema hasta el final. Fueron saliendo en grupos y los hermanos se demoraron saludando y conversando entre ellos. Fueron los últimos en salir.
El sulky estaba, pero el caballo no. ¡Venganza! Pura, inocente y risueña venganza...
Mientras uno se quedó cuidando el sulky, el otro se caminó las legüitas hasta su chacra.
Ahí, con la cabeza apoyada en el tranquerón de entrada, esperando estaba el caballo. El fiel animal, cuando el vengador lo soltó del sulky, siguiendo su instinto “se volvió pa' las casas”.
Lo montó en pelo, ya no le importaron las pilchas domingueras, volvió al salón de baile donde había quedado su hermano. Ataron el sulky y cansados,  con sueño y riéndose del incidente volvieron a casa.
Ya clareaba cuando se acomodaron en sus camas de cuarto de soltero. Se durmieron enseguida. Tan enseguida como golpeó la puerta el padre para llamarlos a trabajar. El menor, le contestó
-Papá recién nos acostamos-
-Es que a esta hora no se tenían que haber acostado- replicó el padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario