viernes, 21 de junio de 2013

HÁBIL SENTENCIA De “El libro del escolar” de Pablo Pizzzurno

El último presidente que tuvo la republica  Sudafricana del Transvaal se llamaba Kruger y era tan justiciero y bondadoso que sus conciudadanos lo adoraban. Lo consideraban como el padre de una gran familia y a su decisión, como juez, sometían a menudo hasta las querellas domésticas y los conflictos de intereses. He aquí un caso contado por un diario de París, para mostrar cuán merecida era la confianza que todos depositaban en su rectitud y sabiduría:
“Un día, día vecinos y parientes le eligieron como árbitro. Se trataba de repartir entre ambos un bien del que tenía la propiedad indivisa, y no lograban ponerse de acuerdo respecto a la proporción que a cada uno debía corresponderle. El presidente Kruger, sentado bajo el cobertizo de su casita y lanzando al cielo nubes de humo, escuchaba silenciosamente sus quejas. Los contendientes se excitan, cambian palabras agrias, la discusión se envenena. De pronto, Kruger, los interrumpe:
- Tú dividirás la propiedad en dos partes y como te parezca mejor.
Y al otro litigante le dice:
- Y tú tomarás de esas dos partes la que más te convenga.

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