sábado, 25 de octubre de 2014

Anécdotas talmúdicas y de Rabinos famosos (Selección) Por Rabino Dr. Simón Moguilevsky

SOPORTAR NUESTRAS CARGAS

El Maguid de Dubno dio una memorable parábola respecto a la excesiva participación en negocios. Un joven iba caminando por la calle y cargaba un paquete sobre sus espaldas, cuando pasó un carro y el que lo manejaba lo invitó a subir y éste muy agradecido subió y se sentó, pero cargando el paquete, sin colocarlo sobre el piso. El cochero le preguntó el motivo de tan raro proceder y el joven le dijo que era muy amable su invitación para subir al carro, pero eso no significaba que debía cargar con su paquete.
-Tonto -le dijo el cochero- ¿no te das cuenta que al cargarte a ti, también cargo tu paquete?
Así como el Eterno nos da vida y nos conduce a través de ella, así también carga nuestras necesidades, inclusive nuestro sustento.

UN DÍA ANTES

Existe una leyenda respecto a un Rabino que era constantemente atormentado por el primer ministro de una nación gobernada por un rey déspota. Cierta vez el funcionario le dijo:
-Veo que usted tiene todas las respuestas a lo que le pregunto y ya que es tan inteligente, dígame ¿cuándo va usted a morir?
El Rabí se dio cuenta de que estaba en un grave problema. Si le decía una fecha lejana, el rey lo podría mandar a ejecutar con anterioridad, con lo cual probaría su equivocación. Obviamente si decía una fecha próxima, el déspota violento lo haría ejecutar de inmediato.
El Rabino pensó unos minutos y luego, con una sonrisa dijo:
-No sé exactamente cuándo, pero le puedo asegurar una cosa: voy a morir un día antes que usted.
Demás está decir que el primer ministro hizo lo más grandes esfuerzos para que el Rabino siguiera viviendo por mucho tiempo.

HONESTIDAD

Al poco tiempo de que el Rabino Iaakov Kamenetsky asumió el cargo como guía espiritual de la ciudad de Tzitevan, Lituania, vino un miembro de la comunidad para aconsejarse respecto de un hecho que le había sucedido en el correo, donde el empleado en vez de darle vuelto de un billete de 10 de la moneda del lugar, le dio vuelto de 100. Rabí Iaakov le dijo que de acuerdo con nuestros sabios hay que se honesto tanto con los propios como con lo gentiles y lo invitó a que devolviera el dinero.
Tiempo después, el Rabino estuvo en el correo y el mismo empleado le dio más estampillas de las que había solicitado y el Rabino se las devolvió. La sonrisa astuta del empleado lo convenció de que estaba probando si el nuevo Rabino era honesto o no. Y en verdad quedó encantado de tener la oportunidad de demostrar su conducta en aras de la Santificación del Nombre del Eterno.
Después de la guerra supo que ese empleado había sido uno de los pocos que habían estado dispuestos a esconder a los judíos de los nazis.

DONDE MORA EL ETERNO

Cuando el Rabí de Kotzk era pequeño, le preguntaron:
-¿Dónde mora el Eterno?
Y respondió:
-En todo lugar donde lo dejan entrar.

SILENCIO
Uno de los sabios más conocidos del judaísmo polaco, Rabí Meir Ijiel de Ostrovska,
era muy conocido por sus silencios y hablaba únicamente en caso de extrema necesidad.
Uno de sus discípulos le preguntó el motivo de su conducta y respondió
-Soy hijo de panadero y mi padre me enseñó que el arte de obtener un buen pan consiste en tener el horno cerrado para que haya más calor dentro de él. Es por eso que recapacito antes de pronunciar una palabra.

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