sábado, 4 de enero de 2014

CANCIÓN Por Baltasar del Alcázar

Tres cosas me tienen preso 
de amores el corazón : 
la bella Inés, y jamón, 
y berenjenas con queso.

Una Inés, amantes, es 
quien tuvo en mí tal poder, 
que me hizo aborrecer 
todo lo que no era Inés : 
trájome un año sin seso, 
hasta que en una ocasión
 me dio a merendar jamón 
y berenjenas con queso.

Fue de Inés la primer palma, 
pero ya juzgarse ha mal 
entre todos ellos cuál 
tiene más parte en mi alma. 
En gusto, medida y peso 
no les hallo distinción; 
ya quiero Inés, ya jamón, 
ya berenjenas con queso.

Alega Inés su beldad; 
el jamón, que es de Aracena; 
el queso y la berenjena, 
su andaluza antigüedad. 
Y está tan en fil el peso, 
que, juzgado sin pasión, 
todo es, uno; Inés, jamón 
y berenjenas con queso.

Servirá este nuevo trato 
destos mis nuevos amores
 para-que Inés sus favores  
nos los venda más barato; 
pues tendrá por contrapeso, 
si no hiciere .razón, 
una lonja de jamón 
y berenjena con queso.

PEÑARANDA DE DUERO Por Rafael Alberti

¿Por qué me miras tan serio,
carretero?

Tienes cuatro mulas tordas,
un caballo delantero,
un carro de ruedas verdes,
y la carretera toda
para ti carretero.

¿Qué más quieres?

CANCIÓN IRÓNICA DEL INVIERNO Por José Suárez Carreño

El invierno es como un lobo
que a la sierra se ha subido.

El viento corre asustado,
por los pinares perdido.

Y van los ecos lejanos
por las aguas de los ríos.

El viento corre asustado,
y hace frío.

SEPULTURA DE LA IMAGINACIÓN Por Miguel Hernández

Un  albañil   quería. No  le faltaba aliento.
Un albañil quería, piedra  tras piedra, muro
tras muro, levantar una imagen al viento
desencadenador en el futuro.

Quería un edificio capaz de lo más leve
No le faltaba aliento. ¡Cuánto aquel ser quería!
Piedras de plumas, mares de pájaros, los mueve
una imaginación al mediodía.

Reía. Trabajaba. Cantaba. De sus brazos
con un poder más alto que el ala de los truenos,
Iban brotando muros lo mismo que aletazos
Pero los aletazos duran menos.

Al, fin, era la piedra su agente. Y la montaña
tiene valor de vuelo si  es totalmente activa.
Piedra por piedra es peso y hunde cuanto acompaña
aunque esto sea un mundo de ansia viva.

un albañil quería... Pero la piedra cobra
su torva densidad brutal en un momento,
Aquel hombre, labraba su cárcel. Y en su  obra
fueron precipitados él y el viento.

PASTORALES - Por Juan Ramón Jiménez

1

Tristeza dulce del campo. 
La  tarde vino cayendo. 
De las praderas segadas 
llega un suave olor a heno.

Los pinares se han dormido. 
Sobre la colina, el cielo 
es tiernamente violeta. 
Canta un ruiseñor despierto.

Vengo detrás de una copla 
que había por el sendero, 
copla de llanto, aromada 
con el olor de este tiempo 
copla que iba llorando 
no sé qué cariño muerto, 
de otras tardes de septiembre 
que olieron también a heno


3

La calle espera a la noche. 
Todo es historia y silencio. 
Los árboles de la acera 
se han dormido bajo el cielo.

Y el cielo es violeta y triste,
 un cielo de abril, un bello 
cielo violeta, con suaves 
preludios del estrelleo.

Por las verjas se ve luz 
en las casas. Llora un perro 
ante  una  puerta cerrada. 
Negro sobre el cielo liso 
revolotea un murciélago...

 ¡Oh la lámpara amarilla, 
la paz de los niños ciegos, 
la nostalgia de las viudas, 
la presencia de los muertos!

¡Cuentos que en aquellas tardes 
de abril, que ya nunca han vuelto,
 nos contábamos, mirando
 fijamente a los luceros: 

Y va cayendo la nombra, 
dulce y grande, en paz, con esos
rumores lejanos que
se escuchan desde los pueblos.

FIDELIDAD Por Pedro Jara Carrillo

Diez años lejos de su lado estuve;
ni un solo instante la olvidé en mi ausencia;
era, entre el batallar de mi conciencia,
el sol que borra la pasada nube.

Por ella, errante aventurero anduve,
perdiendo por su bien media existencia,
¡Cuántas noches de frío y de inclemencia
cuánta altura mi calvario sube!

Por fin, ya conquistada mi fortuna,
volví a la tierra que meció mi cuna,
buscar mis amores más tempranos.

Huyó al verme... ¡ No me conocía!
En cambio, el perro que a sus pies dormía
movió la cola y me lamió las manos.

TÉCNICA DE LA INTERVIÚ A PERSONAJES ILUSTRES - Por Álvaro de Laiglesia

En cuanto nos dicen que un extranjero ilustre ha caído en territorio nacional, los chicos de la Prensa galopamos al hotel donde se aloja y nos colamos en su habitación, sobornando al camarero con una peseta. Esperamos a que el forastero ilustre salga de la ducha, y en cuanto asoma le hacemos la primera pregunta:
-¿Verdad que la Península Ibérica es preciosa, ilustre?
-Orlová me soiloi, tambú proni sprijen gorlova  nos contesta el personaje en su lengua vernácula, pues no sabe ni papa de español.
Debe de ser un sabio checoslovaco deducimos, pues no tenemos ni un pelo de poliglotas, y quiere decir que en la Península Ibérica derramó la Creación todos sus dones.
Apuntamos esta respuesta en un papel y urdimos otra pregunta:
- ¿Qué le ha llamado más la atención en nuestra tierra, ilustre ?
- Toconba iclhneya pol, sarmantúa virgulen creto. ¡Timpa, timpa! ¡ Sáltraye goln! ¡Mecola fripe! ¡Timpa, timpa!  se explaya el personaje haciendo gestos y moviendo los brazos con angustia.
Quiere dar a entender, indudablemente, que se ha quedado maravillado viendo la belleza de la mujer española, cuyos ojos de azabache y labios de coral, unidos al embrujo indiscutible de sus orejas nacaradas, dejan patitiesos a los forasteros nórdicos interpretamos, pues su mímica es harto expresiva.
A continuación, el ilustre suele soltar un largo párrafo en su jerga particular, que bien pudiera ser el turco o el croata. Pero los avispados chicos de la Prensa no nos amilanamos: suponemos que está elogiando lo bien que pescamos el atún, lo bien que criamos el gusano de seda y lo ricas que están las gallinas que fabricamos. Dicho esto, le soltamos una pregunta ligeramente capciosa:
- Estamos convencidos de que el sol de España pica mucho más que el de su país, ¿verdad, ilustre?
Aguardamos su respuesta con mirada hosca, pues si dice que no, un buen sopapo no se lo quita nadie.
- Gurri, gurri replica el turista con una mueca vaga.
Ha tenido que decir que sí traducimos los chicos de la Prensa, porque si lo niega le quitamos la camisa y lo ponemos al sol tres horas para que se convenza de que pica.
Y después de una pausa, que empleamos en urdir nuevas preguntas ingeniosas, le espetamos a bocajarro:
- ¿ Qué región española le gusta más ?
El ilustre se encoge de hombros, pretendiendo convencernos de que no nos entiende ni palote.
Tiene cara de que le ha gustado Andalucía, por sus vinos famosos en todo el orbe, y Galicia, por ser una región igual que Suiza, aunque algo más bajita -deducimos  los  chicos de la prensa,  mordiendo  los  lápices con  frenesí para   sacarles más punta.
Podemos añadir que le gusta nuestra cocina sugiere un chico de la Prensa espabiladísimo; porque parece que este ilustre tiene buen diente.
Retratamos al ilustre de pie, sentado, decúbito supino y decúbito en cuclillas, y abandonamos la habitación mientras el personaje nos despide con estas conmovedoras palabras:
- Sambro cúrtila, agreuyep colofa. Tupi tupi gordela, guitará fipayuy.
¡Emocionante discursito, en el que muy lerdo hay que ser para no adivinar que el ilustre hace votos por la prosperidad de nuestros dos países!