martes, 11 de noviembre de 2014

Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” “EL PAJARITO SIMON” - Por pequeños escritores segundo ciclo escuela Especial Nº 502

            Había una vez un pajarito llamado Simón que se escondía en el bosque buscando la casa de una familia para vivir.
            Entonces apareció el hada Sonrisa y con la varita hizo magia y convirtió al pajarito en sapo.
            Entonces llegó el rey con su espada y luchó con el hada para salvar al pajarito, pero el hada convirtió al rey en gato.
            Vino la reina para tocar la flauta y que se vaya el hada , olvidándose  la varita mágica.

            La reina tomó la varita mágica y los convirtió al sapo en pajarito y al gato en rey. Y se fueron felices al castillo y colorín colorado , este cuento ha terminado.

Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” “EL AMOR VA MÁS ALLÁ” - Por Brenda Godoy

             Hoy entró la seño al saló y dijo:¿quieren participar de un concurso literario?. Yo no sabía bien de que se trataba, y me explicó que debíamos escribir  un cuento. Y aní empecé a hacer garabatos con el lápiz, hasta que dibujé un corazón y me di cuenta que había “ había llegado l hora de escribir mi cuento”
            Era un día muy bello cuando dos hermanas mellizas decidieron salir a pasear, era el momento ideal para hablar a solas de lo que les pasaba, de lo que sentían, de todo lo que hablan las hermanas.
            Zoe y Maía , así se llamaba, y estaban ansiosas por tener un amor. El verdadero amor. así que se miraron, juntaron sus manos y pidieron un deseo: conocer a ese amor tan deseado. Una pelota llegó a sus pies y detrás de ella los gritos de Valentín y Ramiro. La situación fue incómoda, pero así se conocieron y empezaron a charlar. ¿Tendría que ver con el deseo que pidieron?. Por lo pronto lo que era más seguro, es que había comenzado una gran amistad.
            Los días pasaban y esta gran amistad creía. Los cuatro compartían paseos, charlas, música y sobre todo pensamientos. Hasta que , esa tarde, Valentín no tenía buena cara. Era tan trasparente que se le notaba. Estaba como incómodo y tuvo que dar la noticia: “me voy a estudiar a España”, dijo. ..sólo miraba el piso. Nosotros lo mirábamos sin poder creerlo. El silencio se rompió cuando Zoe le dijo muy convencida y segura: ¡Qué bueno! ¡Qué gran oportunidad!... ¡Mentirosa! Por supuesto que los demás nos unimos. ¿Quedaba otra?
            Estaba más que claro que esto no era ninguna amistad para los cuatro. De que ya o podíamos disimular lo que sentíamos. Pero nadie daba el primer paso. La cosa es que Valentín ya tenía las valijas armadas y había que ir a despedirlo. Acá no importa ni el Facebook, ni el chat, ni tofo lo que inventen, porque no es lo mismo para poder ver a la persona que querés.
            La parte de la despedida me la salteo porque todas son iguales. Lo bueno de esto es que Ramiro blanqueó su amor a Maía. ¡Enamoradísimos! Estaban , aunque la cara de Zoe mostraba tristeza. Los chicos nunca dejaron de hablarse, todos los días se conectaban.
            El amor lo puede todo. Tanto puede que Zoe terminó de estudiar y ganó una beca para irse a Francia. Si no se hubiese enamorado, la beca no le hubiera importado. Era la oportunidad de encontrarse con su gran amor. otra vez el aeropuerto,  otra vez todas las valijas, peor con las gas de ser feliz sin miedo.
            Bueno , toda historia de amor tiene que tener un final feliz, por eso Valentín se quedó con la boca abierta, cuando la vio acercarse a Zoe en la placita donde él estaba estudiando. ¡Era un sueño, o era real? Y ¿ Por qué  no puede ser real? Cuando te enamorás de verdad, el amor va más allá y lo puede todo.


Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” “NARICES Y BOCAS ROJAS” - Por Belén Galante

      Faltaba solo una semana para el gran desfile de cierre de colección, de moda. Las modelos se preparaban muy bien, tacos altos, vestían ropa abrigada, carteras muy lindas y lucían hermosos moños en la cabeza. Pero algo surgía en cada desfile, la desaparición de los labiales color rojo. Las modelos estaban preocupadas porque en esa colección solo se usaban esos mismos labiales. Entonces los maquilladores compraban mas labiales, volvían y ya no estaban. Instalaron cámaras, los escondían, hasta las modelos se los guardaban, pero no había caso, desaparecían igual. Hasta que decidieron llamar al detective López, que era un hombre muy serio, pero la seriedad desaparecía cuando debía acompañar a su pequeño hijo de cuatro años al circo. Bueno, después de 2 días, el maquillador Martín, llamó al detective López
   -¡López, necesito que investigue porque desaparecen los                                                  labiales rojos!
   - ¡Martín, va a ser imposible, me encuentro con mi hijo en un circo, cuando termine la función voy para allá!
  La función deslumbraba con el show del payaso “boca roja”, los niños se divertían mucho.
  Tiempo después, el detective llegó a la carpa donde se realizaría el desfile, con su ayudante Mauro Miguel Martínez, y notaron que los jurados estaban muy enojados y ponían notas demasiado bajas. Pero el cierre final era el viernes, y eso fue exactamente la prueba de modelos nuevas, el miércoles. Justo el jueves por la tarde, el detective López y su hijo asistieron nuevamente al mismo circo, y le pidió a Martínez:
- Usted vaya y vigile las entradas de la carpa.
- Sí, señor.
    Martínez vio que todas las casillas rodantes estaban abiertas menos la del Payaso y el maquillador, y se lo informó a López.
  Dicho y hecho, a los niños les quedaba una sonrisa de oreja a oreja con el espectáculo del payaso “boca roja”, que por cierto tenía mucho maquillaje. Pero López notaba que el payaso y su maquillador Roco hablaban mucho y se notaban muy raros. Así que apenas terminó la función, López se comunicó con el maquillador Martín:
.- ¡ Encontré una pista, el payaso “boca roja”, de la función se lo notó muy raro, ¿puede ser una señal? Recordá “boca roja”.
   Pero justo ese mismo jueves, al término de la función, los maquilladores del desfile decidieron no comprar más labiales. El viernes por la tarde, antes de la gran noche, López se dirigió nuevamente al circo, a observar la situación. Cuando llegó el momento del payaso “boca roja”, los dueños del circo informaron que se suspende la función del payaso, en ese momento forzaron las puertas de las casillas y encontraron los labiales, y los sacaron de allí.
  Martín se comunicó con López:
- López, los labiales rojos aparecieron! Estaban en la casilla rodante del payaso que me contaste.
- ¡Martín, se suspendió la función del payaso “boca roja”, pregunté por qué y dijeron que era porque no tenían maquillaje!
- Increíble López, ¿y quién era el ladrón?
- No, ladrón no, eran dos; el payaso y  su maquillador. Las cámaras de seguridad del edificio que está enfrente los detectaron.
- ¡Viva! Se podrá hacer el desfile.
  Y así fue, a las 18:37 horas, el payaso “boca roja” y su maquillador fueron detenidos. Y a las 22:00 horas, el desfile deslumbró, y con muchas bocas rojas, pero no de payasos, sino ¡modelos!



Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” “EL REGRESO EN ABRIL” - Por Valentina Scorza

  Julio era  maestro de grado en una escuela primaria, vivía  con su familia en Iruya, un pueblito muy pintoresco situado en las alturas en la provincia de Salta, posee árboles añosos y se encuentra rodeado de hermosas montañas.
 Por esos días esperaba impaciente la llegada de su  primera hija “Abril”. Una mañana como todas, preparó su guardapolvo  blanco, su maletín de trabajo y se sorprendió al observar un extraño sobre en la mesa. ¿Quién lo habría traído? ¿Qué dirá? ¿Serán buenas noticias?...
  Era un aviso inesperado, su cara empalideció de golpe, miró a su esposa asombrado y de sus ojos brotaron ríos de agua salada. Con la voz entrecortada le explicó, que debía ir a las Islas Malvinas, pero no a pasear, sino, a la guerra. Se produjo un minuto de silencio, su esposa se puso a llorar, él trató de calmarla, pero no pudo…
   Pasaron dos semanas y llegó el día, levantó  unas pocas cosas, entre ellas, una manta tejida por su madre.  Fue hacia el lugar de partida y emprendió el viaje.
  Todos sus compañeros estaban tensos y nerviosos, él se encontraba tranquilo porque presentía el regreso. Subió al avión y con la cabeza baja miró por última vez a su esposa, con esas miradas que nunca se olvidan.
  Después de una extensa siesta, sintió un escalofrío que poco a poco fue  recorriendo su cuerpo, miró alrededor y observó un paisaje  cubierto de nieve blanca. Ni bien pisó el suelo comenzó a sentir el silencio aterrador de la guerra, se ocultó detrás de las rocas con mucho cuidado sin que nadie lo divisara. Al caer la noche lo sorprendió un enemigo tratando de clavarle un arma blanca por la espalda, pero antes de que esto sucediera Julio luchó y logró escapar a las trincheras, consiguiendo que este le perdiera  el rastro. Pensó en “Abril” y su esposa, se quedó dormido envuelto con el calor de las manos de su madre guardado en aquel tejido. Al despertar escuchó  “Alto el fuego”… con una sonrisa de oreja a oreja abrazó a sus pocos compañeros sobrevivientes y partieron hacia sus hogares.

  Historias como estas parecen comunes, pero no es común el sufrimiento, la espera y el dolor de los que fueron y de los que esperaron ansiosos cada segundo.

Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” “RESCATANDO A LOS HORNEROS” - Por Alanis Moyano

    Todo comenzó hace 2 semanas a la mañana cuando mi familia y yo íbamos a una estancia. Mi nombre es Tobías y mi familia es la siguiente: mi mamá es alta, flaquita y hermosa como las flores, ella se llama María. Mi papá se llama Pedro y es bajito y morocho como el barro. Además, tengo hermanos gemelos, que son pelirrojos como tomates, ellos se llaman Emanuel e Ignacio.
     En el viaje a la estancia vi una casita que me pareció muy rara… ¿Qué era eso tan raro? La casita era marrón, pequeña hecha con barro y con forma circular. Al rato me olvidé de eso y no le di más importancia.
    Cuando llegamos a la estancia, conocimos a un hombre muy feo con un bigote blanco como la nieve y largo como un tallarín, el se llamaba Domingo pero como no le gustaba su nombre, todos le decían Pepe. Él nos hizo recorrer todo el lugar y finalmente llegamos a un galpón que estaba en el fondo de la estancia, en él, vi muchísimas casitas de las que había visto esa mañana. En ese momento, le pregunté a mi papá de qué era esa casita, y él me respondió que era de un pajarito llamado hornero. Lo que me dio mucha curiosidad fue que… ¿Por qué este hombre tenía todas estas casitas en su galpón? Entonces le pregunté, pero él se hizo el distraído y se quedó hablando con mis padres, organizando para volver a verse la próxima semana.
    Cuando llegamos a mi casa, empecé a investigar sobre el hornero. Lo primero que encontré en las enciclopedias y en las computadoras fue que los horneros eran una especie en extinción y que sus nidos los rompían o se los robaban las personas para decorar. Al ver eso, me enojé mucho con Pepe y pensé cómo podía hacer para qué él cambie de opinión y no siga robándole sus nidos a los horneros.
    Después de pensar y pensar, se me ocurrió un plan que consistió en…
    A la semana siguiente, cuando fuimos nuevamente con mi familia a la estancia de Pepe, hablé con él, porque antes de realizar el plan debería saber si no estaba arrepentido de lo que había hecho o si no seguiría robando nidos de hornero, pero como lo que me respondió fue todo lo contrario a lo que yo quería que respondiera, empecé el plan.
    Arreglé una casa abandonada que estaba en la esquina de la estancia de Pepe, y se la presenté a él para que viva ahí. La casa había quedado tan hermosa que Pepe se encariñó de una manera que no salió ni por un momento. Además no podía entrar nadie más que él.
    Después de tres días, cuando mis papás me llevaron a visitar nuevamente a Pepe fui al frente de su casa nueva, toque el timbre y cuando abrió la puerta para ver quién era, entré rápidamente y le enseñé fotos de casas destruidas y personas que se quedaban sin hogar. En ese momento lo vi a Pepe salir corriendo.
    Cuando salí de la casa de Pepe lo vi llorando y le dije – ¿Ahora comprendés a los horneros?- y él salió corriendo rápido como una liebre hasta su estancia. En ese momento lo seguí y mientras caminaba, pensaba que se había ido por vergüenza o porque no me quería escuchar, pero me equivoqué… Cuando llegué, él estaba sacando todos los nidos de hornero de su casa acomodándolos sobre un gran árbol, dándoles comida y agua, y los cuidó por muchísimo tiempo.

     Camino a casa volví pensando en que me sentía feliz por haber podido ayudar a los horneros, pero también me sentí orgulloso de Pepe por haber cambiado de opinión en solo un día.  

Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” “EL POZO DE PIEDRA” - Por Lola Azul Maurente

             Rodrigo y Mariana eran niños de  diez y doce años. Se acababan de mudar con sus padres a  Monte Hood, Oregón. Aburridos los niños deciden preguntarle  a su mamá si había algo que ellos pudieran hacer. La madre sorprendida le dice que pueden ir a buscar agua, ya que la instalación en la casa aún no funcionaba. Y allí fueron aunque no sabían de donde sacar agua.
            Cerca de allí, vivía un leñador, hacía muchos años. ellos tocaron su puerta y salió el leñador, con ropa muy sucia y rota y les dijo:
            -¿Qué hacen aquí?
Los niños asustados le preguntaron si en algún lado del bosque había un pozo de donde sacar agua.
            -Sí, les dijo el leñador, pero el único pozo que hay aquí cerca, es el pozo de piedra, aunque les recomiendo que o se acerquen.
El hombre les contó que en ese pozo había pasado algo inexplicable. “ lo único que sé , es que allí vive algo malo que no se conoce, por eso vuelvo a decirles , no se acerquen a él, y si van , tengan cuidado”.
Los niños pensaron que el leñador exageraba o estaba loco y decidieron ir allí. Cuando llegaron vieron las ruinas de piedra que rodeaban al pozo, húmedas, drías y llenas de moho. Se acercaron lentamente, y la niña preguntó a su hermano:
            -¿Y si lo que nos contó el leñador es cierto Rodrigo?
            -¡Bah! No digas bobadas Mariana, no le vas a creer a ese viejo loco. Tengo una idea para saber si es verdad que allí hay algo.
            Y diciendo esto, escribió una notita que decía –“¡Hola!, ante la mirada atónita de su hermana que no entendía nada.
            -¿Qué haces Rodrigo?
            -Ves , dice el hermano-  tiramos este papelito dentro del balde para sacar el agua y si allí hay “algo” o “alguien” seguro que nos va a contestar cuando lo levantemos.
            -¡Qué pavada! Dijo Mariana eso nunca va a ocurrir.
            Al día siguiente , los hermanos regresaron al pozo de piedra y levantaron el balde. Grande fue si sorpresa cuando al desdoblar el papel que habían dejado allí, con una letra  horrorosa como si hubiera sido escrita con  sangre , decía “Hola”
            Seguido con la misma letra . también decía “tengo hambre, tráiganme de comer"”…
            Los niños se miraron sin creer lo que estaba pasando .son saber mucho que hacer, Mariana pensó en contarle a su mamá lo ocurrido, pero enseguida su hermano la detuvo
            .¡No Mariana! Es nuestra oportunidad para saber quién vive allí. Vamos a buscarle comida.
            Durante algunos días fueron llevando al pozo frutas y pan que podían sacar de su casa, la metían en el balde y la bajaban. Una tarde ,cuando levantaron el balde para volver a traer comida, les sorprendió encontrar allí la que habían bajado antes, algo putrefacta.
            -No le gusta esta comida Mariana- dijo Rodrigo- ¿Qué comerá?
            Decidieron , entonces, contarle al leñador lo que había ocurrido y fueron a su casa. El hombre los escuchó y les dijo que se fueran y que no volvieran más-
            Cuando los niños se alejaron, el leñador tomó un hacha y fue a lugar donde se encontraba el pozo de piedra.
            Al llegar, quiso asomarse para ver si era verdad lo que los niños le habían contado, pero tropezó con una piedra suelta y cayó dentro del pozo. A continuación se escuchó un alarido estremecedor y luego…silencio.
            Al día siguiente, los hermanos, intrigados por saber qué pasaba en ese pozo, volvieron para tirar más comida.

            Grande fue su confusión cuando, al levantar  la soga con el balde, había una nota y un hacha ensangrentada. Sus ojos se llenaron de terror mientras leían  “Gracias por la comida”.

Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” “LA GRAN AVENTURA” - Por Matías Francisco Minelli Rodríguez

             Un día un niño llamado Fafnir, estaba trepado a un árbol muy alto. Había nubes y la presencia de una fuerte tormenta. De pronto el cielo se oscureció más aún, surgió  un viento endemoniado y apareció un tornado que sacó al árbol de raíz. Fatnir salió disparado con él y una rama le golpeó la cabeza dejándolo inconsciente. Más tarde se despertó y estaba abrazado al árbol con algunas heridas importantes. De pronto apareció una figura frente a él. Era como una serpiente gigante con patas de león y cuernos de alce. Esa criatura se le acercó despacio y aunque su aspecto atemorizaba, sus ojos tenían una mirada dulce. Parecía tierno y cariñoso. Cuando estaba a menos de un metro de distancia abrió la boca, sacó la lengua muy larga  y le lamió las heridas más graves. Todas cicatrizaron. El niño extendió el brazo y le acarició la cabeza. Una gran amistada surgió entre ellos.
            Estruendo. Hubo una explosión en el aire que los aturdió, se abrió como un portal en el cielo y acto seguido apareció otra serpiente muy grande con alas de águila. El niño, sin dudar un segundo, le dijo a la criatura que era su amiga, que se escondiera con él en el árbol (ya que temblaba de miedo). Cuando la serpiente los vio, escupió una bocanada de fuego. El niño salió corriendo, pero esa serpiente lo siguió rápidamente. De pronto Fafnir tropezó y en un instante pensó que la serpiente lo mataría, pero la criatura se abalanzó sobre la serpiente, la envolvió con sus patas y las dos se trenzaron en una lucha titánica, sin igual.
            Estampido. Como un rayo. Luego una luz muy blanca y como si nunca nada hubiera  ocurrido, la criatura y la serpiente  se desvanecieron, Fafnir asustado y desconcertado se fue corriendo al pueblo.
            Días después, Fafnir intentó incorporarse de a poco. Le dolía todo el cuerpo y se encontraba en la cama de un hospital. Su brazo derecho estaba enyesado. Su mamá lo abrazó con lágrimas en los ojos. Él intentó contare lo ocurrido.
La tormenta, el tornado, el árbol disparado con él, la criatura de la mirada dulce, la serpiente que quiso matarlo…
            Su madre lo miraba sin detenerlo hasta que dijo:” Es un milagro que no te hayas matado al caerte del árbol Fafnir,  los médicos me daban pocas esperanzas de que despertaras”…
            Fafnir aún  no reaccionaba a la realidad. Fue tan real su aventura…

            Cuando su madre lo abrazó nuevamente, le tomó el rostro entre sus manos y lo miró a los ojos dándole un gran beso y en ese mismo momento Fafnir pareció recordar la mirada dulce de la criatura que lo había salvado. Y entonces la abrazó más fuerte aún.

Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” “SORPRESAS INESPERADAS” - Por Camila Colombani

Desde el primer grado de la escuela primaria soy amiga de Sofía. Ahora estamos terminando la Secundaria y seguimos siendo inseparables… pero un buen día llegó la noticia que lo cambiaría todo.
Estábamos terminado la tarea de naturales, cuando entró la mamá de Sofía y le dijo:- Sofía , papá , yo y vos tenemos que hablar.
Sofía  siguió a su mamá y  yo esperé sentada en la cama de su cuarto, pensando que le estarían diciendo , ¿por qué la mamá había sacado a Sofía de su habitación con  tanta urgencia?
Mi amiga entró rápidamente al cuarto y quedó recostada sobre la puerta con los ojos rojos e hinchados , parecía que había estado llorando mucho.
-¿Qué pasó? le dije ¿Tus papás se separaron? ¿Vas a tener un hermanito?¿Tienen que vender la casa? ¡¡¡¡¡Dale , decime!!!
A esta altura yo ya no podía ocultar la ansiedad, ella respiró hondo y me dijo:
-Me tengo que mudar a Esquel…
-¿A dónde? ¿Es muy lejos? ¿A cuántos kilómetros queda? ¿Es en Argentina?
Tenía muchas preguntas para hacerle, pero al ver su cara de “nada” me detuve…
-Perdón , le dije,- si querés,  contame lo que pasó .
-Resulta que mi mamá perdió su trabajo, entonces papá pensó que acá no iba a conseguir nada y decidieron  irse a una ciudad pequeña donde hubiera turismo  para conseguir un trabajo y pensaron en ir a Esquel porque hay chocolaterías que necesitan empleadas. Además  según mi papá allá “ se hace una vida más sana” ¡ay Marina! , no me quiero ir… en dos semanas estaremos allí.
Dos semanas después llegó el momento de las despedidas, fueron los familiares y los amigos y por supuesto estaba yo. Cuando la vi subir al avión sentí como una lágrima caía por mi cara, y un nudo apretaba mi garganta.
La extrañaba mucho, por eso tiempo después dos amigas más y yo decidimos ir a visitarla. ¡ Qué emoción! Preparamos todo y RUMBO A ESQUEL!!!!!
Cuando llegamos estábamos muy contentas, pero todo se complicó gracias a la visita que hicimos a la chocolatería donde trabajaba la mamá de Sofía, porque el primer día fue todo alegría y cuando al día siguiente fuimos a su lugar de trabajo , ella nos convidó un pedacito de chocolate en rama, pero cuando lo estaba cortando vimos como de él se desprendían miles de estrellitas doradas. Todas preguntamos, qué era eso, pero Julia nos contestó que no era nada  que todo se debía a que era chocolate de calidad marca “Tres hermanos”…
Salimos a la vereda y cuando miramos  la vidriera observamos como una extraña mujer espolvoreaba los chocolates con un polvillo brillante y cuando ella nos vio desapareció como si nada. No dijimos nada, nos miramos y salimos corriendo asustadas. Cuando llegamos  nos dolía todo, pero teníamos sueño y quedamos  como “planchadas”…
Al día siguiente mientras desayunábamos vimos a un periodista que  por la tele daba el siguiente anuncio: “Extraña enfermedad afecta a los pobladores de Esquel, se la denomina: CHOCOPOLVETITIS , la misma comienza con la aparición de granos en el rostro, pérdida de equilibrio, alergias y dolor agudo en la lengua. Se aconseja consumir mucha agua y nada de chocolates, pues en estos momentos se está observando cómo evolucionan varios pacientes”.
Las chicas se miraron y corrieron al espejo -¡Qué horror!  Ay!!!!!!!
Cuentan en el pueblo que en el lugar donde funciona la chocolatería hace varios años, vivían tres hermanos y una hermana más pequeña, ellos fallecieron, pero de la hermana nunca más se supo nada…
¡Qué casualidad! ¿No? Chocolates “Los tres hermanos” ¿y la hermana?

Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” “MI FIEL AMIGO” - Por Lara Agustina Latorraca

            Hace unos días atrás, en una tarde cruda de invierno, recuerdo que el frío azotaba a todo aquel  que en la calle se encontrara, y al mirar por la ventana observé a un pequeño perro asomándose a la vidriera de un restaurante. Todos los que por allí pasaban jamás retrocedieron para apiadarse de aquel inocente perrito.
            Comenzaba a caer la noche y aquel pequeñito aún estaba allí, acurrucado sobre una caja de cartón. Comencé a sentir algo muy profundo por ese pobre perrito. Le pregunté entonces a mis papás si podía quedarme con él, pero las excusas de ellos fueron infinitas: que el departamento era pequeño, que estropearía la casa, que quién lo cuidaría, no tenemos patio, quién limpiaría sus necesidades y tantas otras cosas que preferí desistir de mi deseo de adoptarlo.
            Aquella noche no pude dormir pensando en “Toby” a quien yo , ya había bautizado con ese nombre. Resultó ser que aquella noche una tormenta muy fuerte azotó la ciudad  y la preocupación y mi cariño, causaron en mi el deseo de ir en búsqueda de Toby. Decidí entonces escaparme, me puse mi piloto, tomé una linterna y sin hacer ruido salí de mi casa a buscar a Toby.
            Cuando llegué a la casa la lluvia y el viento no me dejaban ver y cuando llegué al lugar la caja donde estaba el pequeño ya no estaba allí, ni tampoco Toby. De pronto escuché unos ladridos y me imaginé  que se trataba de mi perrito, me asomé a ver si se trataba de él y por suerte lo era. Pero mi sorpresa fue aún mayor  cuando vi que se encontraba atrapado en una alcantarilla y con la mitad del cuerpo hacia la calle, desesperado por liberarse y escapar de aquella corriente de agua. Mi desesperación fue muy grande al ver una fuerte corriente de agua pero también temía `perder a Toby y la única persona que podía salvarlo era yo. Así que tomé mucha fuerza y valor y con mucho cuidado me acerqué a él, lo tomé por los brazos y sentí que con cada uno de los besos me agradecía por haberlo salvado.
            Volvimos a mi casa y aún todos dormían, llevé  Toby a mi cuarto y lo sequé con una toalla y aquella primera noche dormimos juntos. Al llegar la mañana, procuré esconder al pequeño Toby en el altillo ya que nadie iba allí, le dejé comida y marché al colegio.

Las miradas de mis padres  eran muy extrañas y al asomarme a la cocina Toby estaba comiendo y tomando leche y en su cuello tenía puesto un collar azul. Cuando me vio vino muy contento  a saludarme. Giré y miré a mis padres ya que la sorpresa era muy grande, ellos entonces me dijeron que se podía quedar, mi alegría fue aún mayor y desde entonces mis días cambiaron con la llegada de Toby, ya que siempre jugamos juntos y jamás nos separamos.

Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento”



La Escuela de Educación Primaria Nº 13 “ Independencia Nacional”  puso en marcha este año la primera edición del Concurso Literario “Llegó la hora de escribir un cuento” Se trata de un concurso que propone a los niños y niñas de sexto año de las escuelas primarias públicas y de gestión privada y con apertura a escuelas de Educación Especial la escritura de un cuento en donde puedan hacer volar toda su imaginación y poner en acción la creatividad que tienen para desarrollar.


Primer premio 

“ Mi fiel amigo” obra perteneciente a Lara Agustina  Latorraca ,alumna de la EP Nº 4

Menciones de honor

-“Rescatando a los horneros”, obra perteneciente  a Alanis Moyano, alumna de la EP Nº 13

-”El amor va más allá”, obra perteneciente a  Brenda Godoy, alumna de la EP Nº 45

-“El pozo de piedra”, obra perteneciente a  Lola Azul Maurente, alumna de la EP. Nº24

-“Sorpresas inesperadas”, obra perteneciente a Camila Colombani, alumna de la EP Nº 13

-“La Gran aventura”, obra perteneciente a  Matías Francisco Minelli Rodríguez, alumno de la EP Nº24

-“Narices y bocas rojas”, obra perteneciente a Belén Galante, alumna de la EP N º13

-“El regreso en Abril” , obra perteneciente a Valentina Scorza, alumna de la EP Nº 13

MENCIÓN ESPECIAL DEL JURADO

Pequeños escritores de la escuela Especial Nº 502 por la obra “ El pajarito Simón”perteneciente a alumnos de segundo ciclo: Juan Manuel Godoy, Victoria Luna, Florencia Ojeda, Rocío Romero y Milagro Siaira
                                   

        Hubo un total  de 83 participantes , de las escuela primarias N 1, Nº 2. Nº3, Nº4, Nº 7, Nº13, Nº 16, Nº 24, Nº 45 y Especial Nº 502
        Se preseleccionaron 29 obras.
        El jurado estuvo integrado por  Marisol Moreno , directora de la Biblioteca Pública “Pablo Pizzurno”, Ezequiel Feito, escritor local,  Héctor Fuentes, escritor local y Lidia Poza docente de Prácticas del Lenguaje de Primaria, quien ofició como coordinadora del concurso.
        El acto de premiación se llevará a cabo  el miércoles 26 de noviembre  a las 9 horas en el gimnasio de la EPNº13, sito en calle 21 entre 28 y 30 Nº 924 con un encuentro de diferentes manifestaciones culturales.
       El ganador recibirá un producto electrónico otorgado por la Asociación Cooperadora de la EP Nº 13 y un libro
       Las menciones recibirán libros donados por editorial Santillana.
       Esta primera edición cubrió todas las expectativas puestas en el concurso, observando cuán importante es dar la oportunidad para que los niños y niñas pueda hacer volar su imaginación y sentir que pueden convertirse en verdaderos escritores.